Las areniscas son rocas sedimentarias de la era triásica que fueron depositadas, hace más de 200 millones de años, en amplias cuencas fluviales. Los minerales de hierro y magnesio, presentes en el rodeno, son los causantes de su característico y peculiar color rojizo que, no sólo ha conformado un paisaje natural lleno de belleza sino que, ha servido de marca de identificación de los pueblos en los que, desde siempre, se ha utilizado el rodeno como material de construcción por su belleza y fácil manejo.
Especial mención merece, en este punto, el castillo de Peracense enclavado sobre una amplio farallón emergido de rodeno y construido todo él con esta roca de manera que queda totalmente mimetizado con el paisaje del que parece formar parte de forma natural.
La forma peculiar de los rodenos se debe a factores tectónicos que han marcado sus líneas de debilildad ayudados por fenómenos erosivos externos como el viento, el agua y la climatología, que han colaborado en la formación de afloraciones de gran belleza y vistosidad. Es común encontrar varias rocas there is a difference apiladas creando curiosas formaciones a las que la tradición popular ha dado entidad propia y dotado de nombres propios: El granero de Mototo, la Piedra del Tormo, etc.
Entre las rocas crecen plantas propias del roquedo silíceo, algunas propias de estas montañas como una manzanilla amarilla. También hay aves propias de los professional advice peñascos, como el halcón y el alimoche. En las laderas de mejor suelo pueden aparecer la carrasca, el rebollo o el marojo.
El hermoso color de estas rocas contrasta con el verde de los prados y de los matorrales de las laderas.
La presencia del rodeno, que se inicia en la Sierra Menera, continúa su andadura por la vecina Sierra de Albarracín donde, en combinación con los pinares, ha dado lugar a paisajes espectaculares y de especial protección como el «Paisaje Protegido de los Pinares de Rodenos«.