Trincheras de los Pilones de Rubielos de la Cérida
En el término de Rubielos de la Cérida existen numerosísimos vestigios relacionados con la Guerra Civil Española. Esta zona se convirtió en uno de los núcleos de control de las posiciones republicanas de Argente y del sector de sierra Palomera. Los intentos de avance republicanos hacia el Jiloca y Teruel obligaron a los mandos franquistas a tomar medidas de precaución, realizando potentes labores de fortificación.
De todo el complejo sistema defensivo diseñado en la zona, la posición más espectacular y mejor conservada de toda la provincia de Teruel, es la del conjunto fortificado de Los Pilones, que constituye uno de los más interesantes de toda la provincia, no solo por su morfología, sino también por la historia que va asociada al mismo.
Estas trincheras fueron testigos de los acontecimientos bélicos relacionados con la batalla del Alfambra, operación lanzada por el ejercito franquista en 1938 previa a la toma de Teruel. Desde este enclave militar partió la caballería que durante aquella batalla logró la última victoria que un cuerpo de este tipo ha logrado en la historia militar mundial. Podemos decir que Rubielos de la Cérida fue el límite de las tropas del General Franco, que hacía frontera con las tropas de la zona republicana. Fue un lugar estratégico para mantener a distancia al enemigo.
La posición está vertebrada en torno a una potente línea de trinchera y parapeto que discurre de norte a sur en un trazado de más de 200 metros de longitud. Los parapetos, en algunos casos dobles, trazados en una línea ondulante en zigzag en la que se abre prácticamente cada metro y medio un puesto de tirador con mirilla y repisa (hasta un total de 60), están realizados en una potente fábrica de anchos muros de piedra y cemento, alcanzando los dos metros de altura. La ya potente defensa se encuentra reforzada por cinco nidos de ametralladora construidos en hormigón armado que cubren los extremos y puntos medios del trazado.
Estos nidos se completan con un sexto, actualmente en estado de ruina, que protege un ramal de casi 90 metros que parte de mitad del trazado en dirección este. Las construcciones militares se completan con cuatro refugios subterráneos en hormigón; uno de ellos, conocido popularmente como “La Cocina”, se conserva perfectamente, contando con chimenea.
La posición ha sido excavada y puesta en valor dentro del programa de creación de una ruta de vestigios de la guerra civil en la Comarca del Jiloca, para cuya señalización han contado con una subvención de fondo local del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, a través de su programa Amarga Memoria. Además de Los Pilones, la ruta la comprenden las posiciones de El Balsete (Caminreal), Solana Larga (Bueña) y Los Cabezos (Singra).