Molino Bea
El molino de Bea se ha conservado prácticamente intacto en lo que a su maquinaria respecta. Se halla a 300 metros de Bea, en la carretera a Fonfría.
El viejo molino consta de la balsa, el cubo o bajada del agua, realizado en sillería, lo mismo que el cárcavo.
Presenta una sola muela, conservándose internamente en perfectas condiciones las muelas, la tolva y los sinfines para elevar el grano. Rodean al molino diversas dependencias que constituían la vivienda del molinero y familia. También conserva una cocina tradicional, con el hogar flanqueado por dos bancos de madera y la leñera al lado. El agua se traía desde 2,5 km. aguas arriba del Huerva, mediante un azud.
El lugar donde se emplaza el antiguo molino harinero, además de por su interés etnológico, también destaca por la vegetación. Se trata de un microespacio altamente húmedo, que contrasta enormemente con los alrededores inmediatos, más secos y desarbolados.
LEYENDA DEL MOLINO
Sobre el siglo XIII, cuando ésta zona del Jiloca era línea fronteriza con la de los árabes, se producían inesperadamente ataques a los castillos por parte de unos y otros, ya que éstas fortalezas eran las llaves de extensas comarcas.
En una de éstas ocasiones, un numeroso ejército árabe sitió la fortaleza de Bea. Ante la imposibilidad de su defensa, los cristianos, a las órdenes de un veterano militar, el capitán Alonso, marcharon de noche al vecino castillo de Lagueruela, utilizando uno de los dos pasadizos existentes (uno hacia el monte y otro hasta las orillas del río). El capitán retrasaría su marcha unas horas más para simular la presencia de soldados.
Pero su sorpresa fue enorme al constatar que la “Condesita Laura”, hija del alcaide y enamorada del capitán, no había querido dejarlo solo. Ya no había posibilidades de evadirse sin exponer la vida de la joven y decidieron llevar provisiones al pasadizo secreto que llevaba al río y aguardar allí a que los cristianos reconquistasen de nuevo la fortaleza, hecho que ocurrió meses más tarde.
Después de su liberación el rey concedió al capitán honores y licencia para dejar la milicia. Así los enamorados decidieron vivir en un molino que se construiría a la salida de la cueva del castillo, junto al río. Por eso dicen que desde entonces existe en Bea un molino, y por eso lleva el nombre de “MOLINO DEL CAPITAN “.