La torre de Olalla pertenece a la etapa final del mudéjar turolense. Se mandó construir en 1584 en un plazo de dos años. Es posible que en 1592 ya estuviera concluida, aunque sea en 1602 cuando consta documentalmente que ya  estaba terminada. En la parte baja, de planta cuadrada, hay dos estancias con bóveda de crucería estrellada, que servían de coro a la iglesia, hoy desaparecida.

Toda la torre es de ladrillo. Sobre este cuerpo se levantan cuatro más octogonales: el primero ciego; los dos siguientes con vanos de medio punto doblados; y el último, más pequeño, con óculos.

Hay un gran equilibrio compositivo entre los contrafuertes de las esquinas y los entablamentos. En ellos se desarrolla la decoración mudéjar, de rombos y tracería, con utilización del ladrillo resaltado. Llaman poderosamente la atención el primer cuerpo octogonal y la base por los paños ciegos decorados con profusión de rombos, que producen un gran efecto plástico.

La comarca del Jiloca ha creado una Ruta Mudéjar en la que esta torre está incluida.